Tárrega – Capricho árabe

Buenas tardes. Sábado, fin de semana, y hora de hablar de música, en concreto, de música clásica, y más en concreto todavía, sobre guitarras románticas. Este artículo, o mejor dicho, el conocimiento de la obra que traigo para este artículo, para esta semana, se lo debo a una persona a la que aprecio mucho y que durante cuatro años fue mi profesor de música en el instituto y que hoy es mi alumno de piano.

Francisco Tárrega, músico de Villareal, compositor excelente y guitarrista de la segunda mitad del siglo XIX, Romanticismo en toda regla, mezclado con nacionalismos, al cual le debemos este legado musical, es el compositor que escribió, con un talento impresionante, el Capricho árabe para guitarra romántica.

La guitarra romántica, a diferencia de la clásica, era más grande, más pesada y, en consecuencia, más difícil de manejar en cuanto a posturas. La persona que me reveló a este compositor me explicó que la guitarra es un instrumento mucho más romántico que el piano, mucho más intimista, a la que se puede querer como a una novia, porque la interpretación de una obra para guitarra conlleva tener este instrumento entre tus brazos, agarrado, como si de un baile lento y pegado se tratase. De esa manera se sienten las vibraciones del sonido directamente en nuestro pecho, lo cual proporciona un placer nuevo, diferente al del piano, que nos afecta a los dedos y en ellos notamos las vibraciones de la música (también una sensación placentera). Por eso, quizá, el guitarrista pueda sentir la música de una manera distinta al pianista, más cercana y más suya, tratándose, por supuesto, de obras compuestas y pensadas para la ejecución de ese instrumento.

El guitarrista que interpreta en el video que os presento se llama Pablo Sáinz Villegas, que al parecer es un guitarrista reconocido. Yo no lo conocía hasta que vi el video, pues en cuanto a técnica no tengo demasiados conocimientos de la guitarra, si bien soy capaz de tocar algunas cosas, pero me limito a los acordes, así que no me creo con derecho a decir si es un buen guitarrista o no lo es. En mi opinión, el sonido sale muy, pero que muy bien de esta guitarra, de esos dedos, y la interpretación, en cuanto a matices, sentimiento, expresión y ligereza, me parece bastante buena. Quizás, si hay algún guitarrista profesional (de conservatorio), me podrá decir si estoy o no equivocado. Pero, en definitiva, lo que es la música me suena muy bien, y además, si lo compuso Tárrega, esto es como es, independientemente de la interpretación.

Se trata de una obra tranquila, con una melodía que, sinceramente, se mete en la cabeza y no te deja en todo el día (me pasa mucho con este tipo de piezas). Y además ese sonido español, con los quejidos propios del cante aflamencado, hace tan viva esta música, esta rama de la música instrumental compuesta con maestría, a diferencia de lo que hay ahora, tan viva, decía, que a cualquiera con un poco de sensibilidad, como digo siempre, le gustará. Espero que haya de estos entre los lectores, y que disfruten con el Capricho árabe de Francisco Tárrega y, por qué no, con la interpretación de Pablo Sáinz Villegas. Buen fin de semana.

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