Un piano y una voz.

El nuevo disco de Fito Páez, Rodolfo, contiene nueve canciones de amor que el cantautor siempre quiso reunir en un álbum. Le ha costado, según ha confesado él mismo, cuarenta y cinco años terminarlo, pues tenía las letras pero no tenías las canciones completas, había algo que no le terminaba de convencer. Se trata de nueve vistas diferentes del amor, en todas sus caras, desde la pasión hasta la experiencia de un desamor.

El cantante argentino nacido en Rosario en 1963 ha emprendido una gira de la que grabará un DVD. En Madrid actuará con invitados especiales, entre los que se cuentan a Ariel Rot, a Pereza y a alguien cuya presencia no se esperaba en absoluto: Joaquín Sabina. Al parecer, ambos cantautores han solucionado los problemas que siguieron a su ruptura como pareja artística tras haber grabado Enemigos íntimos en 1998.

Por otra parte, el disco sólo ha salido físicamente en su país. Curiosamente, no se va a editar en España, luego todo aquel que quiera adquirirlo tendrá que comprarlo online, ya que de este modo sí que se puede conseguir.

Al parecer, un sueño, una fantasía interna de todo cantautor es grabar un álbum con un único instrumento: el que toca el mismo. Por eso, Fito, que se abalanzaba sobre el piano para componer las canciones que integran este disco, ansiaba grabar un álbum repleto de canciones en las que sólo sonara un piano –sus manos– y una voz –su garganta–. Sin duda, será un sonido estupendo, pues tanto las letras que escribe el cantautor como las músicas son una belleza, y si encima añadimos el toque de boca oreja que tiene un piano y una voz acompañándose el uno a la otra –y la otra al uno–, será espectacular.

Artículo basado en El País.

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